Transdisciplinariedad, Educación Superior y de Postgrado.

Clarismar
República Bolivariana de Venezuela
Universidad Rómulo Gallegos
Área de Post Grado
Doctorado en Ciencias de la Educación
I Cohorte Valle de la Pascua. 





Transdisciplinariedad, Educación Superior y de Postgrado.

VICTOR MORLES
REFLEXIONES:



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Facilitador:   
       Participantes:    
Dr. Jorge Luis España    
Barrios, Tibisay  C.I.5622093

Del Valle, Numiralda C.I.8555147                                                           

 Hernández, Clarismar C.I14854132

 Hernández, Norka   C.I 9917526

Morabito, Concheta C.I 9918193

Pérez; Yalis  C. I  12637560

Sección “A”



                                                              

Valle de la Pascua, abril 2012.                                                                                

Transdisciplinariedad, Educación Superior y de Postgrado.

VICTOR MORLES
Se deben abrir espacios de discusión, en los cuales se formulen alternativas que fundamenten la calidad del sistema educativo superior desde una perspectiva no habitual pero a tono con las necesidades y planteamientos sociales. Precisamente en este ámbito, la pedagogía debe recuperar su papel relevante a partir de los enfoques educativos que se presentan con vigencia, como lo es el de la transdisciplinariedad.
La perspectiva transdisciplinaria se plantea estrategias de largo alcance, incluye enfoques como el marxismo, el utopismo o las teorías del conflicto, los cuales tienden a hacer énfasis en los estudios cualitativos, la teorización, el uso de la intuición, el compromiso social y la proposición de cambios profundos, buscando las variables del sistema. Desde el punto de vista etimológico del término subyace dimensionalidad, ya que su vocablo está conformado por la preposición latina "trans" y el sustantivo adjetivado "disciplinariedad".  El prefijo "trans", que significa "más allá y a través de", se utiliza predominantemente para indicar eventos en los que no existen fronteras entre las disciplinas, es decir, las acciones que se mueven dentro y a través de una determinada disciplina.
 La praxis educativa ofrecida en la educación superior de América Latina que debe estar centrada en la pertinencia, colaboración y solidaridad, pues las instituciones de educación superior, en estos momentos, padecen todos los males del cientificismo: rigidez en sus programas de estudios, escasa capacidad de respuesta a las demandas sociales, poca capacidad para atender lo que escapa del método verificable universal, excesivo disciplinarismo y concretismo, que parcelan el conocimiento y lo disgregan, perdiendo el sentido y orientación de la realidad y dirigiendo el conocimiento cada vez más hacia la especialización de la especialidad, es decir, a la "super-especialización", sin ninguna conexión con el contexto social.
El autor señala que la búsqueda del conocimiento a través de la pedagogía nos obliga a dedicarnos al nutrimento de las visiones y conceptualizaciones y al discernimiento de los enfoques que se nos presentan actualmente en las políticas públicas y académicas institucionales: tal es el caso de la transdisciplinariedad.
Por ende la transdisciplinariedad posee contenidos de amplia y compleja significación, ya que en su relativa corta historia no ha habido lugar para acumular teoría y práctica que nos permitan referirnos a la especificidad del término sin peligro de mutilar o sobredimensionar lo que connota actualmente, por lo que debemos correr el riesgo de definir y argumentar propuestas de síntesis que nos acerquen a ese objetivo.
Comparativamente, en la actualidad tanto en los organismos internacionales como en las políticas de educación superior nacionales e institucionales se realizan esfuerzos para que los nuevos diseños curriculares incluyan y se realicen bajo un pensamiento integral, holístico, multidisciplinario, interdisciplinario y hasta transdisciplinario, que formen profesionales con pensamiento crítico, capaces de abordar planteamientos complejos y, sobre todo, que estén preparados para dar respuestas viables, confiables y con equidad a los planteamientos de la realidad. 
 No obstante, un obsoleto sistema legislativo en materia de educación, particularmente en el contexto de la educación superior y de postgrados, ha dificultado los avances que en materia de transdisciplinariedad han aportado las políticas públicas en la praxis educativa.
Estas instancias han planteado la necesidad de formar profesionales con enfoque inter o transdisciplinario, capaces de abordar la realidad y poder proporcionar respuestas viables y confiables a una sociedad que las requiere. Por los momentos pareciera más razonable hacerlo facilitar el enfoque transdisciplinario que permita abordar la complejidad de la realidad desde una determinada disciplina. Por lo que se plantea que el área del conocimiento  es capaz de atravesar las diferentes disciplinas o saberes del conocimiento, debido a que está presente en el quehacer educativo.  Por otro lado, "pareciera que el avance de la transdisciplinariedad se está dando más en la práctica que en términos del concepto" (García Guadilla, 1997:203).
En los últimos años se ha venido analizando la función de las instituciones de educación superior y de postgardo en general y en las universidades en particular. Se ha señalado que la universidad ha centrado su atención en los saberes específicos que se derivan de las disciplinas y que cohabitan en ella, olvidándose de los aportes y alcances que en materia de orientaciones multidisciplinarias, interdisciplinarias y hasta transdisciplinarias, han aportado pertinentemente los investigadores de la educación superior. En principio, estas perspectivas deberían sustentar y orientar la práctica de los docentes universitarios en cualquier área del conocimiento, hoy día relacionados con el deber ser de las universidades, su misión, la calidad de sus egresados y el perfil de los nuevos profesionales.
Entonces nos encontramos con varias barreras que superar, antes de poder plantearnos un enfoque transdisciplinario: primero, lo que por varios siglos ha significado el positivismo y su método científico; segundo, y como consecuencia de lo primero, la producción de conocimiento parcelado y superespecializado; tercero, la cultura de las disciplinas tradicionales (medicina, derecho, ingeniería, entre otras) y más recientemente la cultura conservadora versus la cultura popular.
Para el hombre de ciencias básicas el objeto de estudio es el mundo de la naturaleza, por lo que en él dominan los temperamentos intelectuales duros, sus saberes son en buena parte de descripción y paciencia, argumentados, muy a nuestro pesar, por una pedagogía frecuente de memorización.
            El enfoque transdisciplinario es capaz de resolver y dar respuestas cónsonas con su entorno. Pero alcanzar tal nivel de análisis y perspectiva requiere de un desarrollo intelectual capaz de crear un proceso coherente, sistematizado y ordenado que conduzca a la producción de conocimientos, que serán la respuesta a los planteamientos sociales.
La transdisciplinariedad, por su parte, alude a otras áreas o dimensiones en el mundo del conocimiento, una lógica y una metodología, no es una nueva disciplina, concierne sólo a lo que está a la vez entre las disciplinas y a través de las disciplinas, y aun mas allá de las disciplinas (Nicolescu,1997). Según lo formula este investigador, el modo de conocimiento transdisciplinario emana como un requerimiento de la sociedad, ligado directamente a lo social, a la educación, a lo ecológico, al manejo de empresas, arquitectura urbana; donde el análisis crítico y las posibles soluciones necesitan del regreso de la fuerza del sujeto en la producción del conocimiento para la educación que queremos.  La transdisciplinariedad es un discernimiento metodológico, donde el sujeto conocedor del objeto de conocimiento es ciertamente diferente más no separable, aquí juega un papel importante la conceptualización.
El referido autor Víctor Morles  señala algunas propuestas interesantes como: definir que todos los programas de postgrados deben estar vinculados a problemas y proyectos sociales importantes y que los tesis y trabajos de grado que se produzcan deben estar asociados a programas institucionales.
Que las universidades deben adoptar como propias las responsabilidades de la educación continua avanzada y permanente de sus egresados y de otros adultos intelectualmente formados que, por placer o necesidad, requieran de tal servicio.
Promover la calidad y excelencia académica asociándolas siempre a la pertinencia social.
Fomentar la cooperación horizontal, tanto a nivel interinstitucional, con la finalidad de enriquecer las experiencias de todos los participantes. Entre otras.
Como la temática central gira alrededor del análisis de la transdisciplinariedad, lo pedagógico conceptualmente se aproxima a la intención de ella. El planteamiento es fácilmente justificable en el ámbito universitario, pues si lo que deseamos es una institución de calidad y pertinencia, ésta debe incentivar la participación holística de sus docentes y estudiantes en los procesos de capacitación y mejoramiento pedagógicos, significando los espacios de reflexión continua en las diferentes áreas del conocimiento, sobre los problemas específicos de la enseñanza y el aprendizaje, desde la perspectiva de cada disciplina con proyección transdisciplinaria. Con este enfoque será importante crear una buena disposición de análisis, discusión y mejoramiento de las prácticas pedagógicas en cada espacio del saber, justificando la importancia del rol que cumple la metodología transdisciplinaria al momento de abordar su objeto de estudio.


Bibliografía
MORLES, V. (1.997) Universidad de Postgrado y Educación Avanzada: Publicación del Centro de Estudios e Investigación sobre Educación Avanzada, UCV, Volumen 2. Caracas en colaboración con: Jorge Núñez Jovery Neptalí Álvarez.